lunes, 21 de febrero de 2011

Insomnio.

Insomnio.

¿Por qué eres tú quien me visita por las noches y no mi Peter pan?
De todas formas, has recorrido mucho camino, puedes quedarte hoy también.

Una taza de té, 3 azucarillos, mis apuntes de clase desperdigados por la mesa de estudio, mi guitarra pide a gritos unas cuerdas nuevas, la cámara de fotos amontona polvo en su estante.
Insomnio lo observa todo, me mira acto seguido y sonríe, sabe que no es bienvenido, pero no puedo echarle ahora que ha entrado.
Insomnio me mira cara a cara, me pregunta como estoy y contesto con una de mis mentiras malas ‘bien, gracias’. No ha colado, nunca cuelan, ‘me invitas tú cada noche, deseando no estar sola’ dice mientras limpia mis lágrimas ‘deseas con tanta fuerza poner fin a tu soledad, que te estas volviendo un imán, tanto para lo bueno, como lo malo’ concluye haciéndome sentir aun peor.

Pero insomnio es mi amigo, cuando empieza a verse un poco de claridad, me arropa, me da un beso en la frente y me hace pensar en Pete pan, ¿Dónde estará ahora? Me pregunto, una tierna sonrisa se escapa de mi boca, sé la respuesta….


Aún, espero que Mec me conteste, quizá no tenga nada que decir...

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